Pedro Bargero

A diferencia de muchos de los grandes cocineros que iniciaron su relación con la cocina en su infancia, sentados en los taburetes de las cocinas de sus madres y abuelas, Pedro Bargero no sintió ningún interés por la gastronomía hasta los 20 años, cuando surgió la necesidad de hacer algo. con sus manos, combinado con un profundo anhelo de viajar, lo llevó a postularse para clases de cocina.
 
Pedro da vida a los productos con los que trabaja usándolos de formas nuevas y disruptivas, jugando con la textura, el sabor, el color y el perfume mientras diseña experiencias sorprendentes e impredecibles para sus comensales. Se arriesga y se reinventa a partir de los productos con los que trabaja, tratando una almendra como si fuera la más lujosa de las trufas. Pedro es una fuerza revolucionaria cuya singularidad da forma a la identidad de CHILA capítulo a capítulo.
La cocina de CHILA
El territorio es, de hecho, uno de los mayores campos de juego de la cocina de CHILA y, a lo largo de los años, el restaurante, sin darse cuenta, ha creado un mapa único de las regiones de Argentina con cada uno de los menús o capítulos de Pedro. Este mapa toma al país por sus climas más que por sus fronteras geográficas, y permite que la tierra, los minerales, el agua, las plantas y las proteínas entren en los menús y platos en nuevas composiciones de sabores que crean una especie de bioma, uno que va más allá de la comida y se vuelve un todo con el vino, el servicio, los cubiertos y la música. En ese ecosistema, una almendra es tan valiosa como el caviar más caro, y el mar y la montaña pueden tener la relación más estrecha.